Por Michelle von Kanel
Niños que fueron abusados en Irlanda, en Estados Unidos, en África, en México, la lista de países es larga. Abusados, por alguien que, de no ser que ya es algo que forma parte de la historia, uno jamás se lo imaginaría. Los sacerdotes.
Las personas que se supone son las que mejor se comportan, las más honradas, las más sencillas. Porque a fin de cuentas se supone imitan a Jesucristo. Pero no, nada de eso. Justamente ellos son los que abusan de su autoridad y de la protección, tanto por parte de la iglesia, así como por parte de los fieles. Ya que ¿cómo va a ser posible que el Padre cometa algo así? Él que es tan bueno, él que nos enseña a ser mejores…
Pues así es la realidad. De los que menos lo esperamos. Así se dio por ejemplo el caso en Irlanda. 35 millones de niños fueron golpeados y violados por los sacerdotes durante 40 años. ¿Cómo es posible que algo así sucediera? En primera yo creo tiene que ver con lo que mencioné arriba, los sacerdotes son gente buena, es gente que hace la obra de dios en nuestra tierra.
Así que los papás de los niños, si son seguidores fervientes de la religión, jamás le van a creer o van a querer creer a su niño. Segunda, yo creo que los niños abusados sienten demasiada pena en admitir que fueron abusados. Y además ¿quién les va a creer? Los orfanatos y talleres-escuela en la Irlanda del siglo XX fueron lugares de miedo, abandono y abusos sexuales repetidos, según un informe de la Comisión para la investigación del abuso infantil puesta en marcha por el gobierno en el año 2000, que acusó a generaciones de sacerdotes y monjas de pegar, acosar y en algunos casos violar a niños en los reformatorios y talleres-escuela de Irlanda entre las décadas de 1930 y 1990 .
Los casos se dieron en casas hogares, en hospitales y en escuelas. Muchos de los niños fueron enviados al cuidado de la iglesia por saltarse clases, por pequeños delitos o porque eran hijos de madres solteras. Irlanda era el país conocido como más devoto y en esas épocas la gente todavía era más cristiana y creía más en la iglesia.
Qué triste. ¿Que nos deja esto de enseñanza?
¿Qué las personas, que tienen alguna forma de autoridad, siempre abusarán de ella? ¿Qué cuando la gente está dentro de una organización y por lo tanto protegida, hará cosas que no haría sola? ¿Qué las personas seguimos siendo eso mismo, a pesar de jurar y de hacer un voto de castidad, pobreza y obediencia?
Yo creo que hay que tomar muy en cuenta que simplemente somos humanos. Pero ¿qué tanto justifica eso actos tan atroces? ¿Por qué se dará más entre los padres y sacerdotes el violar a niños? Será el que tengan fácil acceso a ellos? Y lo peor, ¿la confianza total de sus padres? Finalmente yo creo que nunca debemos confiar en nadie con los ojos cerrados, tenga la profesión que tenga.
jueves, 3 de junio de 2010
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